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sábado, 7 de julio de 2012

Sahara Occidental, trabajo en equipo

COMPONENTES DEL INTERGRUPO DEL PARLAMENTO VASCO 'PAZ Y LIBERTAD PARA EL PUEBLO SAHARAUI', POR JONE BERRIOZABAL, AITOR CASADO, CARMELO BARRIO, MIKEL BASABE, JUANJO AGIRREZABALA, MIKEL ARANA Y GORKA MANEIRO



LA experiencia del intergrupo parlamentario vasco Paz y libertad para el pueblo saharaui puede considerarse como una de las experiencias parlamentarias más interesantes en lo referido a capacidad de promover declaraciones, propuestas o iniciativas desde el consenso y desde el acuerdo, referidos estos siempre a la necesidad política de trabajar en favor de la autodeterminación del Sahara Occidental. La colonia española, último territorio de África pendiente de un proceso de descolonización, vive con su población dividida entre el exilio en Tinduf (Argelia) y la ocupación militar y policial marroquí en las ciudades y pueblos del Sahara Occidental y esta situación siempre ha preocupado a este grupo de trabajo, compuesto por todos los partidos de la Cámara Vasca. La solidaridad del País Vasco con el pueblo saharaui ha estado ahí siempre, en lo humano y en lo político.
Hace pocas semanas, en la sede del Parlamento Vasco se aprobó la Declaración de Vitoria-Gasteiz firmada por parlamentarios autonómicos de la mayoría de las cámaras del Estado español y de la práctica totalidad de los partidos políticos en ellas representados. En esta XVI Conferencia de intergrupos parlamentarios paz y libertad para el Sahara Occidental, las conclusiones fundamentales se centraron básicamente en seguir intensificando las acciones de defensa de los derechos humanos de la población saharaui, permanentemente vulnerados, en los territorios ocupados de El Aaiún, Dajla, Smara, etc. y también en seguir trabajando desde el pronunciamiento y la actuación política en las instituciones autonómicas por el avance a favor de la celebración del referéndum de autodeterminación para el Sahara Occidental, establecida por las resoluciones de la ONU y por el reconocimiento de la causa saharaui y del Frente Polisario como su legítimo representante.
La Declaración de Vitoria-Gasteiz conforma un decálogo de referencia que define una posición política que surge de la inquietud que genera en la sociedad civil la situación de exilio, vulneración de los derechos humanos y olvido político en que se encuentra el pueblo saharaui, pueblo hermano unido a nosotros por muchos vínculos, culturales (un idioma), históricos (con sus vicisitudes), geográficos (las Islas Canarias son vecinas del Sahara Occidental), afectivos (infinidad de relaciones familiares y de amistad), solidarios (decenas de miles de cooperantes vinculados a los campos de refugiados) e institucionales (nuestros ayuntamientos y juntas están hermanados con dairas y wilayas saharauis).
Es un decálogo que reafirma lo aprobado a lo largo de dieciséis conferencias celebradas en diferentes parlamentos, cortes y asambleas en favor de la causa, que reitera nuestro reconocimiento al Frente Polisario como legítimo representante de ese pueblo, exige a Marruecos la inmediata liberación de los presos de conciencia saharauis o insta a la ONU a agilizar la solución basada en el derecho de autodeterminación y el control de los derechos humanos a través de la Misión que tiene desplegada en la zona.
Las otras cinco partes del decálogo entran en materia para pedir al conjunto de instituciones de España continuar con el apoyo solidario, especialmente ante la brutalidad de las restricciones económicas en este tiempo de crisis para intentar que delegaciones parlamentarias entren en el territorio ocupado por Marruecos en misiones de observación, para demandar a la Unión Europea que haga efectiva la cláusula de respeto a los derechos humanos en el Sahara Occidental, en sus relaciones sectoriales con Marruecos, establecida en el Acuerdo Preferencial con el Reino de Marruecos, también para invitar a los medios de comunicación a que traten el conflicto saharaui con la misma importancia que le confiere la sociedad española y, finalmente, para instar a todos los parlamentos del Estado español a que hagan suya esta declaración.
Este decálogo de acuerdos se completa con la solidaridad manifestada con los tres cooperantes secuestrados hace meses en los campamentos de refugiados y con la mención especial a las mujeres saharauis que padecen una brutal situación de soledad y desarraigo y, en particular, a las desaparecidas en los territorios ocupados.
El trabajo del intergrupo vasco no se acaba en estas conferencias. Son cerca de treinta las declaraciones y proposiciones no de ley aprobadas desde 1988 en la Cámara vasca en relación con los derechos de los saharauis, a las que se unen iniciativas presupuestarias en relación con el programa de alimentos, la colaboración sanitaria, el apoyo técnico, las caravanas solidarias o la presencia de activistas y victimas saharauis ante los órganos parlamentarios. La propia Aminetu Haidar, símbolo de la resistencia pacífica saharaui, ha dado testimonio de su lucha en varias ocasiones.
Y es un trabajo en equipo, un trabajo en el País Vasco, también en los campos de refugiados de Tinduf y en los territorios ocupados y es un trabajo realizado desde las convicciones más profundas de las decenas de parlamentarias y parlamentarios que han conformado a lo largo de la historia reciente el grupo de trabajo a favor del Sahara Occidental y de su liberación.