viernes, 14 de septiembre de 2012

EL CENTRO KENNEDY DESMIENTE A LOS SUBCONTRATADOS PRO MARROQUIES SOBRE LA SITUACION EN EL SAHARA OCCIDENTAL


Buenos Aires, 14 de septiembre (Télam, especial, por Mohamed Salem Bachir, representante del Frente POLISARIO y de la RASD en Buenos Aires).- 



El Sahara Occidental es el único país árabe hispanohablante y el último caso de descolonización pendiente en Africa. Junto con Malvinas, espera la implementación de las Resoluciones de la ONU para culminar la situación colonial. 

El proceso de paz del Sahara Occidental colapsó por los continuos incumplimientos por parte de Marruecos de esas Resoluciones y del Plan de Paz firmado con el Frente POLISARIO -gobierno de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD)- y aprobado por el Consejo de Seguridad. 
El último acto desafiante de Marruecos al mundo es la decisión unilateral de retirar su confianza al Enviado Personal del secretario general de la ONU, Christopher Ross (quien recibió pleno apoyo de Ban Ki-moon y de los Estados Unidos). 
Las autoridades de la RASD consideraron ésto un "desafío a la comunidad internacional” y lanzaron un "llamamiento urgente" al Consejo de Seguridad para proteger la autoridad de la ONU y la credibilidad de la MINURSO en lograr la pacificación. 
Recientemente, los hechos adquirieron dimensiones especialmente preocupantes. A pesar de que el territorio está bajo supervisión de la MINURSO -integrada también por argentinos- es la única misión sin competencia en Derechos Humanos, reclamada por organizaciones como Amnistía Internacional, HRW y la Alta Comisionada de la ONU para los DDHH. 
El último órgano en llamar a esta protección es el Centro RFK para la Justicia y los DDHH. 
Este Centro, junto con una importante delegación internacional, realizó su informe tras una reciente visita al Sahara Occidental ocupado por Marruecos y a los Campos de Refugiados saharauis. 
Se entrevistó con víctimas, representantes de la sociedad civil, la comunidad internacional y funcionarios, y expresó su profunda preocupación por las sistemáticas violaciones de Derechos en los Territorios Ocupados. 
En El Aaiún -capital del Territorio ocupado-, la delegación observó vehículos de policía o militares en casi toda la ciudad, instalando, a decir de muchos saharauis, un “clima de miedo”. La misma delegación fue también constantemente perseguida por agentes de civil. Recibió testimonios de brutalidad policial contra manifestantes y presenció cuando un policía uniformado y tres de civil atacaron a una mujer que se manifestaba pacíficamente. 
La mayor preocupación de la delegación es la impunidad casi absoluta. Familiares de víctimas de desaparición forzada le informaron sobre la existencia de desaparecidos desde los años ‘60, sumando hoy un total de 690. 
Según el Centro RFK, el caso de Aminatu Haidar es un símbolo de la opresión hacia los defensores de los Derechos Humanos. 
Esta destacada activista por la no violencia, en 1987 “desapareció” tras participar en una manifestación pacífica. Cautiva, fue atada a una plancha de madera, cabeza abajo, golpeada continuamente y estuvo con una tela empapada con productos químicos en la boca, recibiendo descargas eléctricas, con los ojos vendados y aislada del mundo exterior. 
El Centro RFK considera que en los Territorios Ocupados, la abrumadora presencia de las fuerzas de seguridad y las violaciones a los derechos más elementales, llevan a exigir al gobierno de Marruecos que ponga fin a esta violencia contra quienes reclaman la independencia del Sahara Occidental. 
También la delegación evaluó la situación de los Derechos Humanos en los campamentos saharauis donde la RASD estableció instituciones administrativas. 
Los observadores caminaron libremente por allí entrevistando a miembros de la sociedad civil y refugiados; visitaron internos en cárceles; hablaron con ACNUR, Media Luna Roja Argelina, Programa Mundial de Alimentación, Oficina de MINURSO en Tindouf, Médicos del Mundo y otros voluntarios internacionales. 
La organización y administración de los campamentos -según la delegación- produjo un sentimiento de estabilidad y normalidad, aún bajo 47 grados de temperatura. 
Allí experimentaron las difíciles condiciones en que viven los saharauis desde hace 37 años. Destacaron que la sociedad civil parece ser libre para asociarse y la mujer saharaui juega un papel preponderante en ella y en la administración, con una alfabetización que ronda el 95%. 
Escucharon conmovedoras historias sobre la separación de familias y la urgencia de justicia por las violaciones de Derechos Humanos en el pasado, en especial por los desaparecidos durante la guerra. 
Frente a la grave situación en el Sahara Occidental, y particularmente en los Territorios Ocupados, el pueblo saharaui llama a la solidaridad del heroico pueblo argentino que, como Nación que sufrió la dolorosa experiencia de la violación sistemática de Derechos Humanos, es considerada hoy por todos quienes luchamos contra la injusticia, un ejemplo universal en su defensa. 
Por ello, instamos a cumplir con la obligación moral, ética y política de condenar las mismas prácticas en el Sahara Occidental denunciadas por organizaciones y personalidades internacionales y argentinas. (Télam).-