19/12/2012
En una resolución aprobada este martes sin votación, el máximo foro de la ONU también reafirmó la responsabilidad de la organización mundial hacia el pueblo del Sahara Occidental.
Asimismo, respaldó las conversaciones entre el Frente Polisario y el gobierno de Marruecos, país que ocupa ese territorio desde la salida de los colonialistas españoles en 1976, y exhortó a "todas las partes y los Estados de la región" a cooperar al respecto.
También saludó las gestiones del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y su enviado para el Sahara Occidental, Christopher Ross, para encontrar una solución política mutuamente aceptable a la controversia que conduzca a la libre determinación" del pueblo saharaui.
La Asamblea General pidió a las partes que cumplan sus obligaciones conforme al derecho internacional humanitario y que cooperen en esa materia con el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Además destacó el compromiso del Polisario y Marruecos a mantener su voluntad política y una atmósfera propicia al diálogo para entrar en "una fase más intensiva de las negociaciones, de buena fe y sin condiciones previas".
Naciones Unidas auspicia un proceso de negociaciones entre Marruecos y el Polisario, cuya etapa oficial quedó interrumpida en 2008 y fue seguida de nueve rondas de contactos informales, paralizados también desde marzo pasado.
Desde 1991 la organización mundial mantiene una misión en el Sahara Occidental con la tarea de celebrar un referéndum de autodeterminación en el territorio saharaui.
Hace tres semanas, el enviado de la ONU para el Sahara Occidental afirmó que mantener el actual status quo en torno a ese problema es un serio error ante la actividad de terroristas, extremistas y criminales en la región del Sahel.
Luego de informar al Consejo de Seguridad sobre sus más recientes gestiones en el área, Ross señaló que el conflicto ha tomado demasiado tiempo y "puede ser resuelto si existe la voluntad de emprender un diálogo real y comprometido".
Alertó que la amenaza que representan los elementos terroristas, extremistas y criminales que operan en el Sahel pueden descomponer la situación, alimentar la frustración y desatar una violencia y hostilidad renovadas que serían trágicas para la región.
Fuente: prensa-latina.cu