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sábado, 13 de abril de 2013

Niños saharauis buscan familia en Aragón para pasar el verano



13-04-2013 / EFE - Una quincena de niños saharauis busca familia para pasar el verano en Aragón, lejos de los campos de refugiados en los que viven durante todo el año, y donde en los meses de julio y agosto los termómetros alcanzan fácilmente los 50 grados.

Evitar que los niños sufran estas temperaturas y facilitar que vivan un verano diferente es el objetivo del programa "Vacaciones en Paz", impulsado por la asociación Arapaz-MPDL, en colaboración con otras organizaciones de las tres provincias aragonesas, ha explicado a EFE el coordinador del programa, Oriol Gavín.

A ello, hay que añadir la atención sanitaria que reciben en España, ya que se les hace un reconocimiento médico en los centros de salud y acuden al dentista de forma gratuita, gracias a convenios de colaboración de la asociación con varias clínicas.

"Es una atención sanitaria que desgraciadamente no tienen ahí, les sirve un poco de revisión anual", ha apuntado Oriol, además de la alimentación equilibrada que aquí reciben, que provoca que vuelvan con unos "kilitos más".

Gracias a este programa, que cuenta con financiación del Ayuntamiento de Zaragoza, un total de 153 niños del Sáhara Occidental, antigua colonia española, viajará a Aragón a finales de junio, con un vuelo que partirá de los mismos campos de refugiados.

De estos niños saharauis, cerca de treinta son coordinados por la asociación Arapaz-MPDL que ha comenzado ya oficialmente la campaña para informar e intentar conseguir que nuevas familias aragonesas participen en el proyecto.

Lo están haciendo este año con especial énfasis, ya que necesitan encontrar a unas quince familias que estén dispuestas a acoger a niños de siete u ocho años para que, por primera vez, viajen a España, país del que han oído hablar probablemente a sus hermanos mayores, porque también participaron en el programa.

Esto se debe a que el año pasado unos quince de estos chavales, que habían venido a Aragón durante cuatro años consecutivos con la misma familia, pasaron su último verano, al haber cumplido ya los doce años, y han dejado plazas libres que serán ocupadas por niños de siete años.

"Las familias cogen mucho cariño al niño, pero una vez terminado el ciclo - de los 7 u 8 a 12 años- por lo general les da bastante pereza volver a comenzarlo con otro niño nuevo", ha comentado.

Hasta ahora, sí que han contactado con personas interesadas, que llegan a la asociación en busca de información, pero les cuesta "dar el paso", dar la confirmación "definitiva", ha puntualizado.

Pilar Saldaña, madre de acogida de Mohamed, un niño de 12 años que este verano vendrá por última vez a Zaragoza con este programa, ha asegurado que le da "mucha pena" que se acabe.

"Yo le digo, no te preocupes Moha, que luego nosotros iremos a verte, pero claro no es lo mismo es ir allí una semana, a que venga aquí el niño dos meses con estas condiciones", ha comentado.

Saldaña ha explicado que, una vez que Mohamed llega, lo primero que hacen es ir a la revisión médica, ya que, por las condiciones en la que viven estos niños, suelen tener parásitos en los intestinos, debido al agua que toman; caries y dificultades en la vista, provocadas por la arena.

"El primer año es brutal, cuando ven el agua que sale del grifo, las escaleras...Le llaman mucho la atención, cosas a las que nuestros niños no le dan ninguna importancia. El ascensor, la cisterna del baño y luego ya la piscina, eso es lo que más les gusta", ha afirmado.

El proyecto está financiado por el consistorio zaragozano, por lo que las familias no deben afrontar más gasto que el que conlleva cuidar de un niño durante dos meses exactos, además cuentan con total apoyo de la organización y con colaboradores saharauis, ante una mala adaptación del niño.

Por lo general, la experiencia de las familias que participan en este proyecto es "positiva" y "enriquecedora" y el mejor barómetro de ello es que la mayoría de ellas, aunque no existe una obligación, se comprometen a acoger al niño en los veranos siguientes, ya que el vínculo que se establece entre ellos es "muy fuerte", ha precisado Gavín.

"Además cuando los niños vienen aquí nos recuerdan a la sociedad de aquí que hay gente que está viviendo desde hace más de treinta años en campos de refugiados y que hay que intentar buscar una solución , independientemente de quien sea la culpa", ha concluido.


Fuente: http://www.abc.es
Foto de archivo de Colectivo Saharaui 1975