No, no estamos hablando de derechos al trabajo ni a las protestas contra la explotación laboral y salarial: estamos hablando de una política sistemática de brutal represión contra una población pacífica que en 1975 fue invadida militarmente por un ejército de 165000 soldados parapetados tras una marcha de más de 300,000 parados y campesinos a los que se les prometido “el dorado”, las tierras de los beduinos saharauis, bajo las que yacían riquezas como fosfatos y petróleo, además de unas costas de más de 1500 km que guardan uno de los bancos pequeros más rico y variado del mundo.
Desde entonces nuestra lucha se basa en conquistar nuestros legítimos derechos a recuperar nuestro territorio ocupado ilegalmente por Marruecos y contra esta ocupación y el reconocimiento de nuestro derecho a la libre determinación se ocupan centenares de resoluciones de las Naciones Unidas y la Comunidad Internacional. El problema consiste en que su aplicación requiere de firmeza por parte de la ONU y de su Misión para el referéndum en el Sahara Occidental ( MINURSO). Tras la reciente resolución del Consejo de Seguridad que amplía el mandato de la Minurso un año más en el Sahara, a los saharauis nos queda seguir reivindicando nuestro derecho a la existencia y a la autodeterminación, unos resistiendo las inclemencias de un territorio inhóspito en el sur de Argelia ( campamentos de refugiados), otra parte manifestándose a diario, ( todos los días son como el primero de mayo en las ciudades del Aaiún, Dajla, Bojador, Smara…) y en su mayoría , el pueblo saharaui trabaja para difundir su justa causa y sobre todo denunciar la brutal represión que sufre en el más absoluto silencio mediático .
VER PUBLICACIÓN ORIGINAL COMPLETA EN EL BLOG DE LA UNIÓN NACIONAL DE MUJERES SAHARAUIS (UNMS)