Sevilla (Andalucía) , 04/03/13(SPS)-. "Marruecos invadió por la fuerza un campamento pacífico”, así lo afirmaba al diariodesevilla el abogado y miembro de la Asociación Andaluza de Juristas por el Sahara ( AjaSahara), Francisco Serrano que acudió como observador internacional al juicio contra los activistas saharauis detenidos por los sucesos del campamento de Gdeim Izik.
cudió al juicio como miembro del grupo de observadores internacionales cuya presencia Marruecos tuvo que admitir. El también alcalde de Montellano por Izquierda Unida, coincide con el resto de observadores que acudieron a este juicio -entre ellos los europarlamentarios Antonio Masip (PSOE) y Willy Meyer (IU)- en que el juicio debió ser declarado nulo de antemano y no celebrarse en las condiciones en que se hizo.
Para empezar nunca debió presidirlo un tribunal militar. Además, territorialmente tampoco era de su competencia, toda vez que los hechos juzgados ocurrieron en una zona que no es marroquí, es un territorio reconocido por Naciones Unidas como pendiente de descolonización, "ocupado, invadido" -recuerda Serrano- por Marruecos. "El tribunal no podía ser militar porque la recién promulgada Constitución marroquí prohíbe en su artículo 127 los tribunales de excepción. Así que hay motivos más que suficientes para declarar nulo este juicio", denuncia el abogado sevillano, señala la fuente.
"Los militares han sido juez y parte. Ellos intervienen en el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik. Dicen que las víctimas, los fallecidos, son militares. Y juzgan ellos. La imparcialidad no ha existido por ninguna parte. El propio Marruecos vulnera su Constitución".
Para Serrano como para todos los observadores presentes en el juicio para que no sean vulnerados los derechos de los activistas que iban a ser juzgados, el juicio era una pantomima, una "obra de teatro".
Todos los pormenores y los detalles de este juicio han sido transmitidos por parte de los observadores en el juicio a las instituciones españolas e internacionales. "Esa es nuestra labor cuando acudimos a juicios contra activistas saharauis, que siempre -lo sabemos- acaban con condenas". "Pero las ideas no se pueden encarcelar", recuerda Serrano. "Ni las de los saharauis ni las de nadie.SPS