El número de familias que acoge a menores en la Comunidad no se ha resentido durante la crisis. En las acogidas de verano sí se notan ciertas dificultades. Pocos aspectos de la vida cotidiana escapan a los devastadores efectos de la actual coyuntura económica. La solidaridad, afortunadamente, es uno de ellos. Así lo demuestran las familias aragonesas que, año tras año, se prestan a acoger de forma temporal en sus casas a niños que tienen una situación familiar complicada o que esperan una adopción definitiva.
Actualmente hay en la Comunidad un total de 120 menoresacogidos y 84 familias listas para el acogimiento no preadoptivo.Unas cifra, esta última, que no se ha visto mermada por la crisis. "Es una suerte que la gente mantenga ese espíritu y las ganas de colaborar a pesar de la situación. No se está notando demasiado, aunque eso no significa que, como siempre, hagan falta más interesados", explica Marta Vázquez, presidenta de la Asociación de Acogimientos Familiares de Aragón (ADAFA). "En lo que si nos ha tocado la crisis es en el presupuesto que podemos destinar a campañas de concienciación, por eso confiamos en que sean las propias personas que han participado las que nos ayuden a difundir el programa", añade.
Para Vázquez, que conoce de primera mano lo que supone tener a un niño 'de paso' por su vida (ha atendido a más de 50 menores en su hogar), se trata de "una experiencia que compensa". "Al principio, lo que más miedo da es la separación, ya que se les coge mucho cariño. Pero echas la vista atrás, piensas en cómo llegó a casa y de qué manera se va, y te das cuenta de que ha merecido la pena", explica con total convicción. "Pero hay que tener claro que están de paso y que en la mayor parte de los casos tienen una familia biológica", añade.
Mejor en familia
¿Por qué una familia de acogida? La responsable de ADAFA no tiene dudas a la hora de responder a esta pregunta: "Es mucho mejor que un niño esté con un núcleo familiar que en un centro de acogida, aunque sea únicamente por unas horas y a pesar de que en los centros se haga una gran labor. El cariño es fundamental".
Para poder empezar a acoger a menores, las familias tienen que realizarun curso formativo (se imparten varios a lo largo del año). El Gobierno de Aragón aporta una cantidad mensual en torno a los 200 euros por cada niño en acogida.
Ritmo desigual en las 'Vacaciones en paz'
Ligeramente peor se encuentra el programa 'Vacaciones en paz', quecada verano trae a niños saharauis a pasar dos meses a la Comunidad. Coordinado por cinco asociaciones de Aragón (una en Huesca, dos en Zaragoza y una en Teruel y una última en Andorra), el programa permitirá que cerca de 150 menores pasen los meses de julio y agosto lejos del campo de refugiados en el que habitualmente viven.
En Arapaz y Um Draiga (las dos organizaciones con sede en Zaragoza),la crisis está generando ciertas dificultades para encontrar familias que puedan acoger a los pequeños. "A día de hoy nos quedan por encontrar ocho familias del total de 29 necesarias, aunque hoy se han llamado para interesarse 4 ó 5", explica Agustín Gavín, miembro de Arapaz.
También en Um Draiga perciben cierta dificultad para cerrar el programa. "Se está notando la crisis. Hay muchas familias con varios miembros en paro y está claro que no todas se pueden permitir la manutención de una persona más", señala Laura, coordinadora del programa en la ONG. De los 33 niños de los que se encargan, todavía quedan siete por 'colocar'.
La noticia positiva la pone la asociación Alouda, que gestiona el programa en la provincia de Huesca. A estas alturas ya han conseguido que 48 familias se hagan cargo de otros tantos niños saharauis durante el período estival. Se trata de un número incluso superior al del curso pasado (42), a pesar de que las subvenciones públicas que recibe la ONG se han visto reducidas.