lunes, 21 de enero de 2013

La bandera de Sopelana en los campamentos saharauis


El Ayuntamiento de la localidad inaugura un centro para mayores en los campamentos de refugiados
MARTA HERNÁNDEZ 
Los concejales Alain Goldaraz y Sonio Huidobro posan con varios saharauis
Los concejales Alain Goldaraz y Sonio Huidobro posan con varios saharauis (SOPELANAKO UDALA)

 


SOPELANA. LA bandera azul atravesada por una cruz amarilla de Sopelana ondea en Dora, una de las dairas de los campamentos de refugiados saharauis. Un trozo de la localidad vizcaina está allí, en el Sahara, porque el Ayuntamiento ha inaugurado un centro para mayores. Un lugar en el que los ancianos, un sector de la población muy desatendido de sus necesidades básicas, pueden reunirse, recibir alimentos y ser sometidos a controles médicos. El proyecto, que comenzó en 2009 bajo el mandato del jeltzale Imanol Garai, es ya una realidad y una delegación del actual equipo de gobierno viajó hasta allí el pasado mes de diciembre para comprobar cómo funcionaba y mostrar la solidaridad de Sopelana con el pueblo saharaui.



Los concejales Alain Goldaraz y Sonia Huidobro regresaron muy satisfechos de su desplazamiento al Sahara. "La experiencia ha sido muy gratificante", admite el teniente alcalde sopelarra. "El centro lleva funcionando unos tres meses y queríamos ver cómo había sido acogido y supervisar si toda la ayuda que proviene de la cooperación llegaba en buenas condiciones", comenta Goldaraz. Asimismo, los ediles de Bildu visitaron los campamentos de refugiados, conocieron cómo es la vida allí, cuál es la atención médica a la población, con qué medios cuentan, etc. "En todo momento estuvimos escoltados porque el nivel de seguridad era altísimo. Teníamos que avisar en todo momento de a dónde íbamos", señala Alain.

El centro para mayores de la daira de Dora atiende a cerca de cien personas. Además de suponer un lugar en el que poder reunirse y realizar distintos tipos de actividades, allí reciben comida y asistencia médica. "Se les hacen controles de azúcar, porque uno de los principales problemas que tienen es la diabetes. También se les vigila la tensión y los ojos, ya que tienen muchas afecciones provocadas por el sol y también se les atiende sobre cualquier otra dolencia que puedan tener", describe Goldaraz.

La semilla de esta iniciativa en Dora está en un viaje de estudios al Sahara de la ikastola Ander Deuna. Aquel viaje marcó a muchas personas que pensaron que desde Sopelana se podía hacer algo para ayudar a los refugiados saharauis. Algunas ideas empezaron a asaltar sus cabezas y sus inquietudes llegaron al Ayuntamiento, decidido también a realizar algún proyecto de colaboración. Sopelana, que además toma parte desde años en el programa humanitario anualVacaciones en paz, optó por subvencionar la construcción de una casa para mayores en la provincia de El Aaiun a instancias de la asociación Nuyum, volcada en su apoyo a este pueblo exilado. Los ancianos son uno de los sectores más desfavorecidos, la ayuda humanitaria llega para atender su salud, pero sus necesidades alimenticias y sociales apenas están cubiertas. En 2009, el hogar para la tercera edad fue tomando forma. El Consistorio destinó 40.000 euros a su construcción, una inversión solidaria que contó con los votos favorables de todas las fuerzas políticas municipales de entonces. Cuando Bildu accedió al poder tras las elecciones de mayo de 2011, el edificio ya estaba levantado y faltaban detalles de su interior, como parte del mobiliario, alfombras, etc. Actualmente, el Consistorio sopelarra corre con los gastos de mantenimiento de esta residencia de día, aunque en el horizonte asoman más medidas de cooperación. "Los campamentos de refugiados están divididos en dairas y una de las necesidades tiene que ver con el transporte porque así más ancianos podrían acudir al centro de Dora. Vamos a ver si podemos conseguir un Land Rover para que los mayores puedan desplazarse", indica Goldaraz. Pero además, el proyecto podría crecer en otro sentido: "Estamos pensando en una segunda fase porque hay habitaciones en el centro que están vacías y se les puede dar otros usos. Quizás se podría hacer algo para los jóvenes, que pudieran tener allí algún ordenador, libros para estudiar...", desvela el teniente alcalde del Ayuntamiento.

Así que el viaje al Sahara ha sido fructífero y de regreso en la mochila han venido nuevos planes de ayuda. En el recuerdo de Alain y Sonia queda grabada la vida de los miles de personas que tienen que sobrevivir en los campamentos de refugiados y alguna que otra anécdota que aporta una cara más amable... "La inauguración del centro de mayores fue grabada por la televisión. Sonia bailó un aurresku y luego la gente la reconocía y le decía que la habían visto por la tele. Se quedarían extrañados con el baile", cuenta entre risas Goldaraz.

VECINOS DE BERANGO Y si Sopelana y Berango son vecinos en Bizkaia, también lo son en el Sahara porque justo en la daira de al lado de Dora se encuentra el centro de mayores que el Ayuntamiento berangarra también puso en marcha para los refugiados. Son dos casas muy similares. La que impulsó Berango está en Bucraa y lleva abierta dos años. Una delegación municipal también se desplazó hasta allí, en este caso, la pasada Semana Santa, para constatar su buen funcionamiento.