miércoles, 30 de enero de 2013

Mohammed Daddah: “No olvidamos el apoyo del pueblo canario en los momentos más difíciles del pueblo saharaui”



En las ciudades ocupadas, los saharauis están demostrando que alcanzarán su objetivo aunque tengan que hacer una escalera con sus propias calaveras



SB-Noticias.- “Durante 14 años he estado esperando que me ejecutaran. Cuando vi cómo Marruecos ejecutaba a los presos, ya dejé de sentir miedo; lo esperé cada día”, aseguró el “Mandela” saharaui, como es considerado el activista pro derechos humanos, Mohammed Daddah , quien ofreció una charla-coloquio este martes en la Sala San Borondón de La Laguna a la que asistió entre otras personalidades saharauis el líder del Frente Polisario en España, Bucharaya Beyún.
Mohammed Daddah comenzó explicando que ha estado 25 años en las cárceles marroquíes, años en los que solo veía el sol durante una hora y en los que el Gobierno marroquí ejecutó a muchas personas delante de sus ojos.
“Conocí antes a un preso que me indicaba que eran matados a tiros” explicó para que la opinión pública conozca la realidad de los presos de las cárceles marroquíes, especialmente si son saharauis, tras lo que añadió que “me negaron la ayuda médica argumentando que los que teníamos sentencia de muerte no teníamos derecho a ser atendidos”.
El activista pro derechos humanos dijo que trató de comunicarse con el exterior sin conseguirlo nunca y que el director de la cárcel en la que estuvo recluido intentó convencerle de que pidiera perdón, de que reconociera que el Sahara era Marruecos “y a cambio me permitiría comunicarme con el exterior, puesto que mi familia no sabía si yo estaba vivo”.
Explica que siempre dijo que él era un preso político por la misma causa por la que cayeron otros mártires, a los que no podía compararse, ni mucho menos traicionarlos. “En la cárcel conocí a dos marroquíes que me parecían revolucionarios, hasta que se los llevaron una noche y los ejecutaron” tras lo que el director de la cárcel lo avisó de que ese mismo sería su destino.
Las cárceles eran una calamidad, señaló para argumentar que “pasamos mucho frío y mucha hambre; todos los días nos daban unos pocos garbanzos o lentejas. Desde las 20:00 horas hasta las  06:00 pasábamos pánico, porque a esas horas era cuando sacaban a los presos para ejecutarlos. Muchos murieron de enfermedad”.
En la primera etapa (1979), muchos días lo llevaban a “la caja”, le ponían las esposas y le obligaban a tener las manos alzadas hacia atrás, con los pies extendidos; a la media hora aquello era insoportable. En marzo de 1986 registraron su habitación y descubrieron una radio. El director le conminó a decirle quién se la había dado, pero como se negó a delatarle, le sometieron durante 10 días a “la caja”. En otra ocasión le tuvieron 6 meses en una mazmorra en total oscuridad.
Otro día le dejaron en su celda un muerto, al que él llamaba y llamaba, desconociendo la situación; querían intimidarlo. Dejaron el cadáver en su celda durante 8 días. Perdí el sentido del olfato. Intuyó que se trataba de un pescador.

En 1987 varios presos políticos marroquíes compartían cárcel con él. Uno de ellos tras ser liberado le puso una carta por debajo de la puerta en la que le decía que estaba con él y ese fue el primer gesto de aliento que tuvo en todos esos años y que le dio mucha fuerza; ese expreso ya murió y jamás lo olvidará. Luego le informó que la RASD ya era miembro de la OUA, que era reconocida por muchos países y organismos internacionales; que muchos organismos internacionales estaban luchando por él.
En 1991 Amnistía Internacional, en su informe, condenó duramente a Marruecos por tener más de 300 presos políticos saharauis. “Se produjo una gran condena internacional a Hassan II y ese fue el comienzo del alivio para nosotros” dijo, para añadir que su amigo le comunicó que la Organización de ayuda humanitaria logró que él fuera considerado preso de conciencia, que ya no le podían hacer nada. Realizó entonces una huelga de hambre de 45 días para reclamar la categoría de preso político.
“Me cambiaron la ropa, aunque ya me había acostumbrado al propio mal olor e incorporaron a mi dieta alguna zanahoria, los viernes cuscus y agua caliente para bañarme. A todo el grupo que esperaba la ejecución, nos conmutaron a cadena perpetua. Consulté qué significaba eso y me respondieron ‘que te quedas aquí hasta la muerte’. ¿Que diferencia hay? Pregunté”.
Allí se quedó hasta que el secretario general de Amnistía le visitó en 1998, visita inesperada, en la que le expuso la determinación de la organización para conseguir su liberación. Tras eso, se produjo una fuerte campaña que condujo a su liberación junto a 80 compañeros presos políticos.
Los territorios ocupados:
Los marroquíes se dieron cuenta de que tantos años de represión les iba a traer como consecuencia hasta qué punto seríamos capaces de resistir unidos detrás de la RASD y del Polisario, eso no lo previeron. En tantos años de ocupación Marruecos no ha cambiado nada; su propaganda no ha cambiado. Hacen ver que quieren dialogar. Los saharauis responden: ustedes saben lo que queremos, si no acceden, váyanse con los lamepiés a dialogar.
En las ciudades ocupadas, los saharauis están demostrando que alcanzarán su objetivo aunque tengan que hacer una escalera con sus propias calaveras. Marruecos nos acusa de ser violentos. Ustedes comparen, nuestras armas, solo nuestras voces, y a sus fuerzas del orden, que es un ejército de élite, con muchas armas.
“Hacemos un llamamiento a todas las fuerzas amigas de Canarias, que no dejen de hacernos visitas, aunque sean devueltos desde el mismo aeropuerto, pero eso significa un gran apoyo a la sociedad civil y deteriora la imagen blanqueada que Marruecos pretende dar en Europa”, tras lo que pidió apoyo a los presos políticos de Dheim Izik, que serán juzgados el 1 febrero.
Alberto Negrín, activista canario pro saharaui, dijo que “las fuerzas amigas en Canarias, estaremos siempre junto a la causa saharaui. Nos quedamos bastante pequeños cuando escuchamos este testimonio”.

Por su parte, Bucharaya Beyún, líder del Polisario en España, dijo que hace falta una intervención internacional, y sobre todo España. Reclama a los canarios y a las instituciones canarias que presionen a España para que lidere un proceso efectivo para que los saharauis consigan ejercer su derecho a la autodeterminación, con la suma de la acción de los organismos internacionales la solución.