jueves, 15 de noviembre de 2012

Carta abierta de Rossella Urru


Rossella Urru, la cooperante secuestrada, dio las gracias a los que estaban cerca, y lo hace con una carta abierta


El 23 de octubre de 2011, la cooperante Rossella Urru es secuestrada en un campamento del Frente Polisario en el sur de Argelia, por el "Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental" (Mujao).

Tras ser retenida por los secuestradores durante nueve meses, fue finalmente liberada el 18 de julio pasado.

Hoy en día, da gracias Rossella, a través de una carta abierta , publicada en el sitio CISP , (la caridad para la que trabaja), a todas las personas en esos nueve meses han estado cerca.

Una carta llena de sentimiento, donde además de hacer frente a los recuerdos de esos interminables meses de prisión, expresa su profunda gratitud a todos aquellos que de una u otra manera han apoyado, diseñado, y se aseguró de que no era olvidado.

Gracias también a los que han estado cerca de su familia, y su Cerdeña, Italia, para todos ...

En su carta a los cooperantes...  también envía un pensamiento a los que no vuelven a casa, y los que están a la espera de la justicia, sino también a las personas con las que trabajaba.


Traducción aproximada de la carta completa:


Gracias

Una vez más me encuentro en este documento. No sé cuántas veces he tratado de escribir algo, pero las palabras parecen insuficientes, áspero, mal. Puerta y luego comenzar de nuevo. Una vez y otra. La verdad es que tal vez hay demasiadas cosas que decir y no sé por dónde empezar. ¿Por qué quiero saber, quiero entender antes de escribir algo. Y en este momento hay muchas cosas que no conozco muchas otras que nunca lo sabré. Es verdad lo que dijo un viejo dicho: el hombre es prisionero de sus propias palabras y dueño de sus silencios. Así es que escuche las palabras que trato de escribir como cadenas que encierran lo que siento y pienso.

Estos nueve meses de infinidad. Infinitos para mí que he pasado en una especie de dimensión paralela donde el mundo que sabía que es matizado y certezas que no sirvieron más. Infinito también para aquellos que no sabían de mi destino: todos los que han pensado en mi, con el apoyo y nunca me han dejado sola en la distancia.

Estos meses interminables. Inefable es la palabra que más se acerca a lo que eran y lo son. Con palabras que describen mi mundo al otro lado del desierto? Y viceversa, palabras que podrían hacerme entender lo que desde entonces ha pasado aquí? No, tal vez. La ausencia fue sin duda el protagonista de esta historia, aquí y en el desierto allí con nosotros, y no nos quedamos allí, no estábamos aquí con ustedes. Todas esas palabras, los pensamientos, los esfuerzos, las oraciones, marchas, carreras, cartas, poemas, carteles, mensajes en este lado del mar, así como todas nuestras palabras, nuestros sueños, esperanzas, recuerdos, las imágenes y los discursos de allá en el desierto, tenía el sabor amargo de la impotencia, de nostalgia, de la injusticia, de la esperanza.

Estas son palabras que no se puede revivir que ahora, por fin, nos reunimos, ahora que esa ausencia se llenó: por nosotros que riabbracciati y para ti que has encontrado. Lo que sí sé es que en mis noches bajo las estrellas, cuando miré al cielo pensando en casa, nunca me imaginé que tanta gente esperando por nosotros y piensan de nosotros.

A nuestro regreso, cuando vi y oí ese abrazo enorme, fui testigo de primera mano que usted puede y debe tener confianza en el hombre, a pesar de todo. ¿Por qué hay tantas personas que están indignadas sobre las injusticias, ya sean pequeñas o grandes, ya sea en casa o en otros lugares. Aunque la justicia a menudo ha demostrado para ser una palabra vacía, son personas que no lo deje sueltas, no se enciende el otro lado. Toda esta humanidad integra que diariamente enfrenta frontalmente la vida por sí mismos, para sus hijos y para otros, aquí te todo allí y alejada de los ojos, quiero dar las gracias. Quiero dar las gracias a mi Cerdeña, isla que olvidé y nunca olvidé. Gracias a todos los hermanos, italianos, saharauis, argelinos, españoles, latinoamericanos, todos: gracias por sus pensamientos para mí, para la energía positiva, por su proximidad a sus lágrimas y sus sonrisas, sus acciones y reacciones... Gracias.

Gracias a Ainhoa y Enric, compañeros de vida insustituibles en el desierto.



Gracias también a los que han rezado por mí: en iglesias, mezquitas, solos y en compañía, en silencio o con cantos, oraciones y pensamientos, en su cama y en su propia tienda de campaña, en el interior o bajo las estrellas. Gracias también a los que trataron de orar, gracias a los que han aprendido.

Me gustaría darle las gracias a todos, uno por uno: personas, organizaciones, instituciones, comunidades, grupos, familias, clases, organizaciones, organismos, asambleas, los países, las cooperativas, a todos. Gracias a todas las personas que han pensado en los últimos meses, los que la vida me ha hecho pasar, aquellos que no han tenido la oportunidad de conocer a los que siempre caminan conmigo.

Ahora que estoy de vuelta, no puedo pensar en aquellos que nunca volverá, y los que no han regresado a casa como Juan, Sergio, Daniel, Abdelkader, Tahar, Blanca, Montserrat ... y muchos otros secuestrados en Malí y en todo el mundo. También se espera de ellos que son muchos, preocupados pero confiados. También me acompañaron a sus familias a sentir que ella me sentía.


Ahora que estoy de vuelta, no puedo pensar de nuevo a la gente, sino también a las personas que durante demasiado tiempo han sufrido solos y en silencio, esperando a que la justicia, aquí y en todas partes. La gente, la gente como refugiados saharauis con los que he trabajado, durante 37 años que pacíficamente esperan justicia, naciendo, creciendo, muriendo en medio de una ingratitud y no en sus tierras. Gente, gente, como nosotros. En todos ellos, pensé.

Samugheo, 12 de noviembre 2012 
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